CAMPAMENTO DE VERANO 2018

¡Por fin tenemos la entrada del campamento de verano!

Después de unos días de vacaciones, os traemos un breve resumen de lo que fue este increíble campamento en Burgui. Como ya sabéis, nos hizo un tiempo fantástico que nos dejó hacer todas las actividades que teníamos programadas. Vamos a hacer un breve repaso de lo que fueron estos ocho días para cada rama.

Los lobatos hemos vivido un campamento muy intenso. Hemos aprendido que la oración es muy importante para acercarnos más a Dios, que tenemos que ser buenos samaritanos para los demás y que estamos llamados a construir nuestra vida en Dios. 
Los monos Bandar-Log no nos han dejado tranquilos este campamento y han hecho de las suyas: primero nos rompieron la Flor Roja y después se llevaron nuestras pañoletas. Pero gracias a Mowgli todo se solucionó, nos ayudó a conseguir nuestras pañoletas y nos dió una nueva Flor Roja, más poderosa que la anterior. 
Además de todo esto, nos enfrentamos a la prueba de Patatierna que todos superamos con éxito, y ahora ya podemos saludar levantando un dedo. 
¡Todo esto acompañado de mucho río y mucha diversión!

Los nómadas hemos tenido un campamento lleno de aventuras. Al poco tiempo de comenzarlo, alguien destruyó el friso que tanto tiempo nos había costado conseguir; después, en la travesía, conocimos al monje y, gracias a él, pudimos pasar la noche en una increíble ermita. 
La misma noche que volvimos a la campa, recibimos un mensaje que anunciaba una sorpresa, la cual más tarde averiguamos que era el friso de la Orden que nos había estado ayudando todo este año. 
Además, resolvimos dudas relacionadas con el pecado, conocimos la vida de Jesucristo y repasamos el Antiguo Testamento, que ya habíamos ido viendo durante el curso.
Este campamento nos ha ayudado a conocernos más, a darnos cuenta de que tenemos grandes cosas que aportar al grupo y que cuando estamos juntos y tenemos en medio a Dios, podemos hacer que el Bien triunfe sobre el mal.

Los rángers hemos tenido un campamento muy especial. Ha habido más unión que nunca y hemos aprendido a apoyarnos los unos en los otros.
El campamento comenzó con una intensa travesía donde hubo mucho sacrificio y calor, pero también nos dimos cuenta que todos esfuerzo tiene su recompensa. Los reconfortantes baños y saltos en la presa, el trabajo en equipo montando el vivac, las lágrimas y risas compartidas y el poder ayudarnos con el peso y la sed hicieron de nuestra travesía una actividad muy especial de cara al resto del campamento.
El escultismo volvió a ser protagonista. Aprendimos a orientarnos con brújula y pistas de rastreo, a hacer construcciones y cabuyería, a trabajar por patrullas y perfeccionamos el morse. Todas las patrullas consiguieron pasar la prueba de la Primera Estrella.
Hablamos de temas importantes como la obediencia, la disciplina, la educación, la justicia y la importancia del servicio. Hicimos recetas propias, juicios ficticios, salvamos a Ander y pudimos disfrutar de una misa llena de alegría y cantos que preparamos toda la rama.

Los pioneros nos lanzamos con el montaje de las tiendas, los albergues y los primeros fregaderos del grupo. En seguida salimos de travesía: pasamos una noche en la borda de Sabuqui, a medio camino de la cima del monte Txamantxoia, cuyos 1945 metros coronamos el día 26 y, finalmente, bajamos a reponer agua a Linza. Pasamos la última noche en el refugio de Zuriza y recorrimos la ruta GR11 hasta Isaba. 
De vuelta en la campa hablamos sobre nuestra misión de ser testigos de Dios en medio de nuestro entorno, sobre el don de la libertad y, con todo ello, decidimos elaborar la carta constitucional de la rama. 
Después de un campamento "único", "inolvidable", lleno de "amor", "unión", "piña" y de "vivir para con Dios", nos propusimos pasar menos tiempo con el móvil y aprovecharlo para hacer cosas útiles y rezar un poco más, especialmente durante este verano.

Los rutas, en nuestro último campamento, aprendimos y practicamos cómo alcanzar nuestro fin último: la santidad.
Vimos cómo los afectos son capaces de cambiar nuestra voluntad y que, por tanto, hay que aprender a controlarlos para poder ser fieles al fin al que aspiramos. Recordamos la grandeza a la que estamos llamados y cómo es posible para todos debido a la Gracia.
Profundizamos en la tres vocaciones particulares: matrimonio, vida consagrada y sacerdocio y hablamos sobre cómo discernir la voluntad de Dios. También tratamos dos grandes obstáculos en nuestro camino hacia la perfección (la desesperanza y el demonio) y la forma de luchar contra ellos.
Por último, hicimos memoria de lo que hemos recibido durante estos años y enviamos al grupo a formar parte de la Iglesia antes de la despedida de la tropa.

Además de esto, los rutas hicieron también una travesía como coronación de su última etapa, pero eso ya nos lo contarán mejor en otra entrada al blog. Los rángers también hicieron una recopilación de vídeos durante el campamento que pronto nos enseñarán. ¡Estad atentos!

Os dejamos un pequeño repertorio con fotos de este campamento.




¡Buena caza y largas lunas!

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